Desde
los rincones más inquietos de la memoria nos autoconvocamos, tanto
compañerxs que conocimos a Claudia desde una fraternidad rebelde como
también quienes, sin conocerla, nos reconocemos en su experiencia de
vida y de lucha, para continuar con el combate al olvido, aportando a no
dejar que la historia se escriba por si sola, a sumarnos a aquel
torrente de recuerdos que ha decantado en praxis y resistencia,
multiplicándose y expandiéndose a través de bibliotecas, centros
sociales, actividades, combates callejeros, acciones, lienzos, afiches,
murales y panfletos.
Esta vez desde nuestra mirada, desde nuestro recuerdo, con rabia y
dolor, con nuestras derrotas parciales pero también con las victorias a
cuestas, pretendemos levantar, lejos de las verdades incuestionables, un
ejercicio/praxis de memoria y volver a recorrer los pasos que llevaron
ese 11 de septiembre de 1998 a la compañera Claudia López, la chica
Claudia, con sus 25 años, a caminar hasta la población La Pincoya donde
dejo su vida en la calle, asesinada por balas policiales, tiros avalados
por un Estado siempre al servicio del capital y los poderosos. De estos
hechos y de esta realidad no hay duda alguna, a pesar de las infamias
periodísticas o maniobras jurídico-policiales.
Que la chica haya estado esa noche en la Pincoya no obedece a la
casualidad o algún momentáneo impulso rebelde sino a una decisión y a un
camino trazado desde hace años en luchas y enfrentamientos callejeros,
tanto en universidades como en distintas poblaciones, de igual forma en
su activa participación en coordinaciones combativas, aunando fuerzas
entre distintas experiencias autónomas y luchas antiestatales.
A lo largo de estos años mucho se ha comentado respecto a la
militancia política de la compañera, ésta sin lugar a dudas no puede ser
comprendida desde categorías únicas y determinantes, más aun cuando
eran tiempos que a partir de un acertado cuestionamiento a un marxismo
dogmático por parte de quienes apostaban por revitalizar una práctica
ofensiva contra el poder y el capital, se genera un acercamiento entre
tendencias de un marxismo revolucionario; el anticapitalismo y la
autonomía, con el anarquismo. Es en ese espacio donde la Claudia se
movía sin tranzar con medios tonos.
Eran tiempos también de secuelas palpables de una transición
nauseabunda; tiempos de consolidación de un capitalismo salvaje gestado
bajo el resguardo de fusiles y botas militares y administrado
servicialmente por los gobiernos “concertacionistas” de la época;
tiempos en que muchxs bajaron la guardia bajo la falacia que desplazada
la bestia dictatorial la lucha carecía de sentido, evitando aceptar que
continuaban mandando los mismos en una democracia que nos es más que una
forma mas sofisticada de un régimen autoritario. En ese contexto,
muchxs también, desde una lucidez insurrecta, optaron por mantener viva
una llama rebelde y combativa para así hacer frente una realidad
asfixiante, Claudia entre ellxs.
Es por esto, que sin miedo a equivocarnos mantenemos la claridad del
recorrido de la chica Claudia, desde las luchas secundarias durante los
últimos años de la dictadura a los combates durante la transición
democrática, y para quienes compartimos trinchera con ella rescatamos la
relación de compañerismo que forjamos, organizándonos por afinidad, con
objetivos comunes, pisando las mismas calles, defendiendo las mismas
barricadas que no han cesado de levantarse hasta hoy.
Han pasado 20 años desde que aquellas balas policiales acribillaran
el cuerpo de la Chica, hoy lejos de los entramados judiciales y los
cantos victimistas buscamos armar nuestra memoria con ofensiva y
combate, uniendo distintas generaciones para otorgarle continuidad a la
lucha contra el orden imperante.
Rescatar la historia de la Claudia no es solo rescatar un pasado
relativamente reciente, sino también sacar del olvido experiencias y
vivencias para proyectar la lucha desde el presente. Buscamos sabotear
la maquinaria de la amnesia haciendo propagar la danza rebelde de la
compañera en todos los rincones donde surjan caminos de negación al
mundo de los poderosos. Las balas que asesinaron a Claudia, siguieron
asesinando a distintxs compañerxs y aún permanecen impacientes para ser
descargadas sobre cualquiera que cuestione el Estado.
Pronto a la nueva conmemoración del asesinato policial, hacemos un
llamado a cada compañerx, individualidad, colectivo, grupo, organización
e iniciativa para que levanten su propia actividad o propaganda en la
multiforme variedad que pueda tener la memoria, tomando en sus manos la
labor colectiva para que esta fecha no pase desapercibida.
Desde esta coordinadora estaremos convocando algunas actividades que
serán difundidas con tiempo, pero sobretodo buscamos propagar y alentar a
esa reproducibilidad a otras iniciativas. Desde las calles de la
Pincoya, Santiago Centro o Temuco hasta cualquier calle en las urbes de
otros países: que la memoria sepa viajar y ser traducida en el único
idioma posible, el del conflicto con lo existente y el recuerdo de
nuestrxs muertxs.
A 20 años del asesinato de la compañera Claudia López, retomamos la
consigna que la compañera creo en su momento : ¡Juventud combatiente,
insurrección permanente!
-Coordinadora a 20 años del asesinato de la compañera Claudia López-
Stgo
Territorio Austral dominado por el Capital y el Estado Chileno
Abril 2018
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